jueves, 18 de noviembre de 2010

AMO A DANIELA ACERO


Y lo digo sin inhibiciones...adoro a Danielle Steel y sus clichés ochentosos. Adoro sus tramas básicas, su visión optimista del sueño americano, sus locaciones opulentas, su previsibilidad y su devoción por Jaclyn Smith. Verán, en estos tiempos tan inciertos como complejos, leerla es mandar de vacaciones a las neuronas que tan exigidas están por las vertiginosas 8 horas del siglo XXI.
Pero hay algo mejor que leerla..y es verla! Porque allá a finales de los 70s y principios de nuestra venerada (y ahora rescatada) década de los 80s, la Corín Tellado norteamericana encontró otra forma más de facturar a costa de los éxitos y los fracasos de sus personajes: la tele. Y tooooodos sus libritos pasaron a ser un ciclo que ella misma -fabulosa siempre- se encargaba de presentar. No la tenía en mi repertorio televisivo y como por estos días ando sin cable, la vine a descubrir gracias a Direct TV en la casa de uno de mis mejores amigos. Mejor aún: gracias a las maravillas de la era digital, podemos grabar las pelis y darnos panzadas de fantasía capitalista ochentosa. No hace falta mucho para entender a Danielle Steel. Son 4 o 5 situaciones que le suceden a 4 o 5 personajes, reacomodadas en sus infinitas combinaciones. Los títulos son tan opulentos, soberbios y kitch, como el hot stamping dorado de las letras en las portadas de sus obras. El esquema es un combo ganador por los 4 costados: el o la protagonista (principalmente "la" porque a ella le encaaaaantan las féminas con éxito logrado a base de vicisitudes) arrancan o muy de arriba o muy de abajo. Si arrancan de arriba, podridas en plata y éxito profesional, seguro son hijas de algún granjero de Dakota del Sur o vienen de un hogar "problemático" con algún vínculo familiar no resuelto. A los 5 minutos, si venían de la "pobreza" (término MUY relativo para los yanquis porque es pobreza con microondas, auto y casa de no menos de 3 dormitorios), a los 10 minutos del film ya habrán alcanzado fama y fortuna. Si venían de arriba, en plan "pobre niña rica", a los 10 minutos ya se enamoraron del chico también relativamente "pobre". Siempre, siempre, siempre vivirán un período importante y clave de sus vidas en Nueva York o Los Angeles y por la mitad de la peli no les puede ir mejor...
Ahí viene la parte de las mansiones en Malibú o los triplex en Manhattan con fiestones top y ropa Pret-a-Porter. Pero de nada vale la pena envidiarles por lo bajo o lanzar comentarios maliciosos a la pantalla; tampoco considerar tomarse un avión al norte porque justo en el momento en el que uno ya siente que a su vida le falta muchísima emoción y toneladas de presupuesto Daniela te hace recordar que es SU libro por lo cual, es cuestión de minutos antes que la protagonista pierda estrepitosamente todo lo conseguido en los primeros 45 minutos y tenga que remarla hasta el final de la hora y 15. A esta altura, papas chips mediante, una se consuela..y sí, era obvio, no todo lo que brilla es oro viste? Ajá! Tarde o temprano te iba a pasar! No te podía ir taaaaaan bien.... pero las sucesivas desgracias no nos terminan de llegar porque así como todo lo que sube tiene que bajar, si estamos frente a un genuino producto Steel, todo lo que baja va a subir y tiene final feliz garantizado. Y uno sueña gratis (o por $800 por mes que es lo que cuesta el paquete de Direct TV con opción de grabado). Sueña con conocer al heredero millonario o con meter ese proyecto que la catapultará a la fama instantánea y el dinero a roletes, con sufrir algo, alguito, obviamente porque nada en esta vida viene de arriba, pero lo justo y suficente para sentir que cuando se sobreimprima el "The End" sobre la casa fabulosa, el auto último modelo y la postal de la familia perfecta con la vida arreglada, uno será feliz sin culpa y cargo.

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