domingo, 20 de marzo de 2011

UNA BOLUDA IMPORTANTE


Hoy tuve una revelación que rayó en epifanía...o casi: no hay edad para sentirse boluda.
Se es boluda a toda edad y con todos los colores de pelo.
Tal vez haya boludas permanentes y otras que experimentemos episodios aislados de boludez, pero la realidad es que todas, en algún momento pasamos por esa situación, ese momento en el cual la vida te escupe a la cara una tristísima realidad: todas las veces que la cagaste, todos tus ensayos y consecuentes errores, todas tus caídas y las horas de terapia para levantarte no van a evitar que, una vez más, para todos ustedes, seas la boluda de turno.
Y esto puede parecer -permítanme la ironía- una boludez...tal vez para las boludas crónicas más no así para las mujeres con un poco de neurona. Para nosotras, féminas vividas y con algo de materia gris, la experiencia es tan desestabilizante como quedarte en pelotas en la Plaza Independencia a la una de la tarde de un día hábil.
Hay infinidad de situaciones para impregnarse momentáneamente del sentimiento de boludez que amerita el famoso gestito de golpearse la frente mientras una se dice a sí misma: "Claaaaa ahora entiendo...pero que b...".
Algunas son más trilladas, como por ejemplo cuando te hacen responsable de la parte de bebidas de una reunión o cumpleaños y te olvidás del hielo, o cuando seguìs pagando los gastos comunes en la oficina del administrador que te queda a 3 bondis y 40 minutos de viaje de tu casa o lugar de trabajo, cuando, si leyeras mejor el papelito, verías que hay un número de cuenta de Banco impreso al pie.
Otras, por supuesto, son un toque más elaboradas... Como querer vengarte de la boludez crónica de tu marido dejándolo con la heladera vacía los dos días que tenés que irte de viaje de laburo, esperando que finamente entienda que las compras no se hacen solas... solo para darte cuenta, a tu regreso, que el malparido llamó nada más y nada menos que a tu suegra, quién no solo le hizo las compras al nene sino también -de paso- les cocinó a los dos para la semana. En este caso, el sentimiento de boluda puede acompañarse de un impulso homicida contenido cuando lo ves masticar los Bifes a la Portuguesa "que nadie hace como la vieja".
Si no tenés marido o pareja estable seguro te llega la salida de sábado con el saliente, en la que te ponés encima no menos de 4 horas de espejo, imaginando una cena romántica en un restó top seguida de una maratón de sexo que a duras penas te sacará del hogar el lunes a las 9am para ir a la oficina...solo para terminar viendo a la selección de Uganda enfrentando al Manchester United en una parrillada de barrio (N.de la R. mi ignorancia futbolística es grande pero no tanto como para saber que tal evento nunca podría tener lugar en la vida real).
Pero el romance en los tiempos del Facebook nos ha enfrentado a "nuevas" situaciones de boludismo digital con las que tenemos que lidiar, como, por ejemplo, cuando después de 3 meses de salidas e insistentes cuestionamientos de él sobre tus "amigos facebookeanos", decidís jugártela y darle un "marco legal" cambiando tu Relationship Status ....solo para constatar que en vez de devolverte la gentileza el animal le da click a "It´s Complicated" mientras le llueven comentarios apesadumbrados de una manga de gatos prontos para descomplicarle la situación.
Un clásico de todos los tiempos tiene que ver con la geisha que la gran mayoría de nosotras, mujeres que pasamos los 30, llevamos dentro. Esa que tienen actitudes vintage como servirle el desayuno, alcanzarle la camisa o ir a la feria un domingo, con la resaca fresquita de la noche del sábado, a comprarle el queso Colonia que él adora picar con el tinto. Obnubiladas con la paliza de cama que nos dio el susodicho, una siente que flota con la chismosa a 10 cm del piso sin advertir que se convierte en un blanco fácil. Tal vez por eso el sentimiento de ser una boluda importante será, además de abrumador, también sorpresivo la próxima vez que estando él de viaje de negocios, vos te dediques a extrañarlo y chequear su Muro 3 veces por día solo para ver que el señor no solo NO te está extrañando a vos, sino que suma 5 nuevas "amigas" por día que ya lo están extrañando a él!.
Los efectos colaterales de este "virus" temporal son infinitos y de múltiples derivaciones: desde afrontar las consecuencias del "drink and send" que te llevó a emborracharte una despechada noche de sábado y mandar sms a las 3 de la mañana a una lista de machos que incluye desde el "amigo con derechos" hasta tu ex novio de la facultad (ahora casado y con 3 hijos), hasta sensaciones más viscerales como un espasmo del pecho provocado por una bronca efervescente que brota desde allá abajo donde sos más mujer y que resulta más jodida que un paquete de Menthos en una botella de Coca Light....
La más pura y científica verdad es que este sentimiento es así, contundente, explosivo, 100%irracional.
La boludez femenina no se experimenta por etapas y, si así lo fuera, tiene a lo sumo dos:
1) enfrentada inmediatamente a un hecho de la realidad, en una relación de causalidad, el objeto de estudio se da cuenta que es una boluda.
2) en la etapa subsecuente (opcional) el objeto de estudio dimensiona la cagada y se da cuenta de que fue MUY pelotuda al no verla venir (cuando tenía el tamaño de un camión Scania con zorra y todo) y se autocataloga rápidamente como MUY BOLUDA o, como es de uso común, una BOLUDA IMPORTANTE.
En esos momentos, es bueno acordarse de toda la gama de dichos populares que sugieren que, como el mundo es redondo, es cuestión de tiempo antes de que ese sentimiento que hoy la aqueja a una, mañana afecte al boludo que lo supo generar.
Y sino...solo será cuestión de esperar a un boludo de estreno con quién volver a empezar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

que manera tan facil de explicar una situación que no te podes saltear en la vida, menos despues de los 30...

GLAMMORAMA dijo...

es que si no la pasás...boluda total!

GLAMMORAMA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
GLAMMORAMA dijo...
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