sábado, 3 de abril de 2010

¿CUANDO TE VIENE A VOS?


Te vino Andrés.
Te vinieron “esos“ días.
Te “bajó“el “período“.
O, mi preferida, “te enfermaste“...¿existe expresión más gráfica del imaginario colectivo de una sociedad machista?.
Los españoles la llaman la Regla, los médicos menstruación, los tipos: esos días en las minas se ponen insoportables...
Ehhh, a ver señores, no son precisamente ESOS días, es una semana antes, cuando devoramos chocolates como unas descriteriadas y lloramos por situaciones inverosímiles (ah, y de paso...el clítoris queda 3 cms más arriba de donde uds creen que está).
Pero bueno, sí, perdonen, estoy en ESOS días, los ESOS posta, los previos...y no es un buen momento.
Todo me molesta y, peor aún, TODO me afecta. La Reina de Hielo llora con el comercial de Coca Cola, la profesional realizada se cuestiona el orden de prioridades de su vida, el llanto de los niños le resulta particularmente intolerable y percibe olores que desconocía o incluso algunos se los inventa.
Que tema, que temón.. ahora, si vivo con esto desde los 12 debería estar acostumbrada ¿no?.
Y sin embargo, sigue siendo un evento que adquiere distintos grados de protagonismo en la vida de una en función de la cantidad de hormonas que va dejando por los caminos de la vida..(que dicho sea de paso, como dice Vicentico, NO SON los que yo esperaba).
Me acuerdo la primera vez que vi un Siempre Libre...claro que como no sabía qué era tampoco captaba la ironía implícita del nombre del producto. Creo que yo tenía 9 años y el adminículo desconocido era de mi madre. Le pregunté qué era eso y la vieja cerró la puerta del baño y me dio la versión completa (hay que entenderla, por ese entonces ya tenía 4 hijos y prefería ser más ejecutiva).
Salí del baño 15 minutos más tarde con los ojos como platos y mirando a mi viejo como si fuera un sádico.
Después se me pasó (por suerte)...aunque evito -calculo que como todos- la imagen mental del evento cuya consecuencia fue que yo viniera al mundo.
Me acuerdo también la primera vez que un adulto de fuera de mi familia me habló de la menstruación.
Fué en 6to de escuela y estábamos tratando algún tema relacionado con las básicas reproductivas de la biología (protozoarios, reproducción espontánea y todo eso que ya me olvidé).
No faltaban por ese entonces las mentes inquietas que van derivando la conversa...aún a esa edad. Y no pasó mucho rato antes de que la profe se encontrara atrapada entre su deber docente y la posibilidad de comprometer el magro sueldo que cobraba como empleada de un colegio privado en plena dictadura, cuando de “eso“ (y de otras cosas) no se hablaba tan fácilmente.
La pobre tenía cara de estar preguntándose por qué cornos no se nos despertó la curiosidad un año después cuando ya íbamos a tener un profesor por materia y el fardo le hubiera caído al de Biología. Pero bueno, de tripas corazón...peor hubiera sido si preguntábamos qué era una democracia.
La puerta que daba al pasillo estaba entreabierta, Miriam (así se llamaba la profe) relojeó por las ventanitas que daban al pasillo y la cerró. Y arrancó la explicación ante una audiencia completamente cautivada. Lo primero que hizo fue dibujar un “útero“ (que se parecía más a un globo) en el pizarrón y explicarnos que “algunos llaman a la menstruación el llanto de la madre frustra“
Zas. Ya está. Error, Danger, Alarma, Cortocircuito.Trauma instantáneo.
Una, mero proyecto de mujer que ni había siquiera pensado en reproducirse porque eso era algo “de grandes“, ya tenía decretado de boca de la maestra que una vez por mes iba a “llorar“. Es más, no reproducirse era una posibilidad.. una posibilidad que hacía llorar! No me malinterpreten, adoraba a Miriam, tengo de ella mis más tiernos recuerdos, y también entiendo que la pobre mujer estaba tratando de hacer fuego con dos palitos porque en esa época la docencia contaba con muchos menos recursos e infinitas más responsabilidades que no quedaban, como hoy, en manos de las Ceibalitas...pero ¿el llanto de la madre frustra? COME ON!
Después vino la fase en la que, ya “señoritas“ en los últimos años liceales, nos queríamos deshacer de la menstruación porque era un escollo en el camino...en el camino a irnos a la cama con alguien. Ahí ya una se puso más ducha, vinieron las visitas al ginecólogo, las Minifem ¿se acuerdan?...
Que inconcientes...claro que en esa época el HIV era una sigla no muy escuchada, nadie entendía que le había pasado a Rock Hudson y pasaron un par de años hasta que salió el primer comercial y fue el del surfer! (que era más difícil que entender El DIrigible).
La cuestión es que en esa fase tenías una relación de amor-odio con “aquella“. Querías sacártela de arriba pero tu peor pesadilla era que no te viniera...porque todas sabíamos lo que eso quería decir: kilombo en puerta (¿o debería decir bombo?).
Y es verdad, como vaticinó Miriam la profe de 6to, lloramos...pero no necesariamente una vez por mes.
Lloramos porque el chico que nos gustaba se ennoviaba con la linda del colegio, porque nos salían granos, porque teníamos que estudiar y no podíamos ir a bailar o porque cuando, finalmente, nos “entregamos“ al que ingenuamente creímos que nos iba a acompañar toda la vida resulta que ni siquiera pasó el primer año de Facultad.
Pero sobrevivimos incorporando al botiquín los dichosos Siempre Libres (porque había que ser práctica como decía la chica del comercial), fuimos tranquilas como la Oreiro porque íbamos con OB, entendimos que teníamos que protegernos todos los días (y no solo “esos“) con Carefrees y dimos gracias al cielo por el Ibuprofeno.
Me acuerdo que de chica marcaba en flúo en la agenda los días que “me venía“ y esperaba atenta como Blandengue la fecha del regreso.
Y entonces, hace un par de semanas, en un almuerzo de amigas en la Ciudad Vieja, tratando de ponernos al día en nuestra escasísima hora disponible en medio de la jornada laboral, pude comprobar que ahora, que pasamos los 30, algunas cosas han cambiado mucho...y otras nada.
-“Che Maca, ¿te acordás cuando fue que vinimos a almorzar la última vez?“ , me pregunta Amiga no.1.
-“Mmmm que se yo, ¿2 semanas?¿3?...“, respondo yo completamente perdida ya que últimamente las semanas me tienen tan en la vara que son un solo lunes larguísimo.
-“Ay nena, a ver, preciso más data, una o dos? No es lo mismo!“, increpa.
-“Bueno pero¿ que estás calculando?“, pregunto con mirada cómplice al pedo porque a esta altura y con noviazgo establecidísimo con un mega candidato tiene una sola cosa que calcular al respecto....
-“Cuando me vino la última vez“, me dice con cara indescifrable que oscila entre la curiosidad y la preocupación.
-“AH BUENOOOO“-interrumpo el trago de coca Light- “pero... hay chances?“ levanto la ceja divertida, todas queremos ser tías honorarias de ella.
-“Y sí te diría que sí un par de cagadas nos mandamos, pero quiero saber porque me toy comiendo todo y tengo las lolas que me explotan...ah, y lloro por cualquier cosa“,me contesta.
Y a mí me suena a conocido pero de lo conocido de todos los meses...igual no digo nada porque en algún lugarcito de mi corazón me encantaría que la “cagada“ se le hiciera realidad.
Atacamos las ensaladas que llegan justito a interrumpir la conversa hasta que, mientras ensarta un tomatito cherry con el tenedor, Amiga no. 2 aporta:
-“Yo me acuerdo que a mí me había venido también, estábamos sincronizadas“. Bien, avanzamos un par de casilleros en el camino a resolver el misterio.
-“Ahora que lo pienso yo también estaba, me acuerdo porque me diste un Ibumidol con el café porque yo nunca tengo“, recapitulo yo.
Nos reímos las tres reconfirmando el mito popular de que cuando 3 minas andan mucho juntas se les coordina el reloj biológico.
-“Pero ¿en qué día estabas?“, insiste Amiga no.1 y esta pregunta va dirigida a las dos. Difíciles por 3.000, retrocedemos 10 casilleros, vuelva a tirar...
Silencio....
-“Yo creo que me lo anoté en la Palm“, contesta muy segura Amiga no. 2, “ahora llego a la oficina y te paso un mail“.
Atrás quedó el flúo enmarcando días en las agendas de Hendy, atrás la relación de amor-odio con aquella, atrás la paranoia: ahora, para esto, también las mujeres modernas coordinan agendas.
Porque como todo en esta vida, las cosas, con perspectiva, se ven por suerte mucho mejor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Buenísimo Maca, como siempre.
Eso sí, aguante el Mirena, hace 7 años q para mí todo este tema es historia!
Hace 7 años q estoy "siempre libre". Libre de llantos, ibuprofenos, chocolates, pastillas, agendas, tampones, cálculos y miedos.
Después del microondas, el mejor invento whatsoever!!
Caro Lorenzo.

--- dijo...

Gracias