viernes, 12 de febrero de 2010

EN MVD, 6 GRADOS SON DOS


Arrancó la temporada de series en Warner, Sony, HBO y otras señales de cable de esas que monopolizan mi atención en la pantalla boba. Como siempre, hay esperados retornos e inciertos comienzos. Y aunque se supone que soy la experta “ de la casa“ (las comillas aluden al hecho de que mi casa es mi oficina donde vivo metida 10 de las 16 horas que paso despierta), mi socia tuvo el buen tino recomendarme una serie que, según ella, no me podía perder.
Se llama 6 grados de separación y el título, así como la trama, se basan en la popular teoría que intenta probar el dicho de "el mundo es un pañuelo", o sea: que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces).
La serie tiene lugar en Nueva York, que por más que cuenta con 5 boroughs, sigue reduciéndose a Manhattan la cual, a su vez, por más cosmopolita y sobrepoblada, es una isla de no más de 21,5 km de largo (y una que tanto disfruta el anonimato que le dá la Gran Manzana, agh).
Lo cierto es que los personajes en cuestión parecen encontrarse vinculados por una serie de extrañas coincidencias y vínculos casuales. Trazar el paralelismo me resultó inevitable...si en Manhattan hay 6 grados de separación, en Montevideo a duras penas llegamos a 2.
Y sino, que alguien me niegue haber vivido alguna de las siguientes situaciones:

1. El chico que te invita a salir por primera vez termina siendo amigo de un amigo de tu ex, o novio de la infancia de una amiga tuya o, aún peor, el “innombrable“ que le destrozó el corazón a tu amiga y al cual solo conociste como “un abogado-recién-divorciado-que-me-hizo-pasar-las-de-Caín“ pero que ahora podés bautizar con nombre, apellido y, de paso, asignarle una cara. Tal vez si el susodicho presa de un ataque de pendeviejez cambió la camioneta familiar por un biplaza deportivo alemán, en vez de tardar una salida en darte cuenta de la coincidencia probablemente tardes dos.
Atención: considerar también como posible la alternativa que el “abogado-fabuloso-recién-divorciado-que-me-hace-ver-las-estrellas“ del que tanto habla tu amiga sea el “abogado-recién-divorciado-que-te-hizo-pasar-las-de-Caín“ a vos el mes pasado.

2.La chica con la que tu amigo de la infancia y colega de fechorías va a salir el jueves es el “camión infernal“ que te curtiste el fin de semana anterior cuando fuiste a La Pedrera con los amigos del laburo. O, en su versión alternativa, la chica que te cancela la salida del viernes esgrimiendo una excusa pobrísima es a la que te cruzás esa misma madrugada en la estación de servicio de la esquina de tu casa, completamente borracha y colgada de tu amigo que -ofendido por ser tu Plan B- te dejó en banda... todo mientras volvías de tirar en el buzón del Blockbuster la peli que el susodicho te recomendó que te alquilaras para no morir de aburrimiento.

3.Cualquier persona nueva que agregamos al Facebook tendrá al menos 1 o 2 contactos en común con uno o con uno que uno conoce “de la vuelta“ pero que no está en su Facebook.

4. Por cada 2 personas que agregues al Facebook al menos terminarás alejado, ofendido o sorprendido con una cuando empieces a analizar los posteos y cruzar variables como pedidos de amistad, fechas de inclusión o analices los álbumes de fotos y descubras unas cuantas “relaciones peligrosas“ que desconocías en la vida real.

5. De tus conocidos, uno de cada dos fue a Perfil a entrenar entre los 90 y el 2009, 1 de cada 2 veranea en el Este o en Rocha y 2 de 2 prometen correr los próximos 10k de Nike.

5. Si recorrés la rambla para volver del trabajo al hogar de lunes a viernes al menos uno de esos días te encontrás con un chico-chica que te gusta entrenando con un miembro del sexo opuesto en claro plan levante. Debido a los 2 grados de separación, es muy probable que el personaje que estaba jopeandote la chica o el pibe le sea presentado como un soltero-a futurable a tu recién divorciado-a hermano-a en no más de un mes.

6. El mozo del boliche nocturno al que vas producida en plan guerrera con tus amigas los jueves de trampa es el que cubre el turno mediodía de la parrillada familiar que curtís los domingos con tu marido y tus dos hijos.

7. Tu masajista o profesor de yoga atiende a la actual mujer de tu ex cuñado.

7,5. El enfermero gay adorado divino que asistió a tu obstetra en el parto de tu primogénito es el chico que te dio tu primer beso mientras bailaban lentas aquel verano de los 80s.

8. El pendex divertido que coqueteó con vos en aquella fiesta esteña a la que fuiste mientras los chicos estaban “en la semana de papá“ aparece en un asado familiar de domingo en tu casa, de la mano de tu hija mayor, con un postre Chajá y 8 años menos en la cédula de los que te cantó mientras bailaban “Fiesta“ de Rafaella Carrá.

9. Cuando completás la cola para la función de cine y llega elmomento de pagar la entrada , 2 de 2 espectadores montevideanos tienen el acompañante gratis ya sea por el 2x1 de Itau o los metros de Oca.

9.En el correr de una semana, si vas al mismo supermercado de barrio vas a encontrarte con alguien que evitaste y borraste de miles de maneras (léase una amiga verborrágica o deprimida, tu ex con su actual y los nenes de sus sendos ex matrimonios, un familiar lejano que tu propia familia ha sabido borrar magistralmente y que te acribillará a preguntas en la góndola de los congelados...y vos justo sin corpiño). No te preocupes, que si evitás hacer las compras en la semana, manejás 15km y cambiás de Departamento solo para evitar alguna de las situaciones mencionadas anteriormente, seguro te encontrás a los mismos personajes, todos juntos en el hiper el domingo.



Por eso, vivir en Montevideo nos priva de uno de los placeres sociales más gratos: hablar mal de los demás. Pero como no hay mal que por bien no venga, vale tener en cuenta que los montevideanos desarrollamos un talento diplomático para siempre cuidar lo que decimos porque, en definitiva, nunca se sabe quién está escuchando o, quién lo escuchará dos grados más tarde!

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