jueves, 20 de diciembre de 2007

RESCUE ME


Mi príncipe azul vino a buscarme. Después que mi mamá había venido a traerme sopita y llevarme de la cama al living porque una contractura que resume 33 años de estreses me había recluido en el Petit Trianon de Pocitos. Mi mamá me encerró en la Torre; cerró con la única llave que había en la vuelta y se la llevó confundida a su Chateau en la República Independiente de Parque Miramar. Mi príncipe llevaba 3 días desaparecido en alguna cruzada de la cual yo no estaba al tanto. Mi príncipe azul se estaba volviendo violeta y ya no era tan encantadora la idea… De hecho, esta princesa, ni corta ni perezosa, ya estaba mirando con cariño a los lacayos mientras pensaba sin tristeza y con un dejo de fanfarroñez (si existe el término) que pasaría otra Navidad en las trincheras. A decir verdad, el príncipe parecía una buena idea, tanto que hasta pensé en que la idea del príncipe podía resultar más atrayente que el príncipe en sí.
Hasta que quedé encerrada. Y el príncipe volvió de la cruzada para rescatar la llave que había en el quiosco…

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